sábado, 3 de marzo de 2012

La Soberanía de Dios

"De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en el habitan."
Salmo 24:1

El propósito de esta articulo es dar algunas ideas útiles y prácticas en cuanto a un tema de gran importancia como lo es la soberanía de Dios. No es un estudio exhaustivo, ni exegético sino una sencilla meditación de manera que podamos reflexionar en cuanto a actitudes y contradicciones en las que como creyentes podemos caer debido a olvidarnos de esta verdad Bíblica, que Dios es soberano, dueño de todo cuanto existe. La soberanía de Dios es un tema sobre el cual descansa mucho de lo que necesitamos en nuestra vida, porque Dios es soberano existimos, el, de su propia voluntad, sin otra cosa que lo impulsara a hacerlo, soberanamente, nos creo a su imagen y semejanza y lo que somos es por él y de él. Nuestra dependencia de Dios es completa y absoluta y es debido a nuestra condición de pecado que olvidamos que no podemos hacer blanco o negro uno solo de nuestros cabellos (Mt 5:36). Amado hermano por favor toma tiempo para leer este articulo y confió en el Señor que será de bendición.

Últimamente he tenido contacto con hermanos que parecen haber descubierto algo completamente nuevo, la soberanía de Dios y como es común con los descubrimientos, siempre hablamos demasiado de ellos hasta el punto de parecer no tener otro tema. Ciertamente, hay iglesias donde se menciona muy poco o para nada el tema de la soberanía de Dios y esto es un problema, necesitamos para nuestro crecimiento como cristianos la doctrina de la soberanía de Dios, pero, si se nos alimenta solo con soberanía o con un mal trazado de la escritura entonces la soberanía tiende (no por si misma sino por causa del maestro) a ser de tropiezo de muchas formas. No ahondaremos en detalles en cuanto a esto, pero si diremos que la sana doctrina requiere un balance en cuanto a la soberanía y la responsabilidad del hombre (entre otras cosas).
De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en el habitan, es una declaración de gobierno, de autoridad y es ese el sentido de la soberanía, gobierno y autoridad absoluta o completa sobre todo lo creado y las criaturas incluyendo al hombre. Todo es suyo, y tiene derecho a hacer lo que el desee con lo que el ha creado. Este derecho corresponde solo a Dios, es el único soberano absoluto, toda otra autoridad esta sometida a su soberanía.
Cuando explicamos esto nada mas, tenemos la tendencia a pensar en arbitrariedad o autoritarismo, es decir, quedamos con una imagen distorsionada porque esa doctrina de la soberanía tiene otros ingredientes que cambian completamente el panorama. Algunos hermanos, bien intencionados pero poco instruidos nos plantean el tema de la gracia soberana y nos dejan con más incógnitas que respuestas, claro está, esto se le atribuye a nuestra ignorancia o falta de conversión pero, la verdad es que da temor cuando se explica así.
¿Que debemos añadir dentro de esta doctrina? es necesario hablar de los atributos de Dios, la soberanía de Dios viene precisamente de Dios y esta enmarcada en sus atributos, santidad, justicia, misericordia y amor son cualidades de su carácter que van junto con el concepto de la soberanía, es decir, que ese derecho es ejercido por Dios en el contexto de su santidad, justicia, misericordia y amor, cuando combinamos estas palabras comenzamos a tener un concepto completamente de soberanía.
La soberanía de Dios es soberanía santa, nunca hay ninguna sombre de maldad o pecado en ella, todo cuanto Dios hace es santo, y nada de lo que hace es arbitrario o autoritario, su santidad es inteligente, con propósito, no llama Dios a lo malo malo porque si, siempre hay una razón aunque no la veamos. Así también, la soberanía de Dios es una soberanía justa, esto quiere decir que Dios no tiene misericordia del que tiene misericordia y se compadece del que se compadece afectando a otros, teniendo preferencia, invalidando sus promesas o haciendo infracción de su propia ley, le invito a seguir el curso de esta meditación con los otros dos tributos mencionados (misericordia y amor) y si lo desea añada sabiduría, bondad, fidelidad, etc y tendrá mucho que estudiar en la palabra de Dios.
Concluimos entonces que Dios es soberano en cuanto a todo, sobre todo y para todo, pero además es un soberano santo, justo, amoroso y misericordioso y aunque no nos ha revelado todo su propósito podemos tener confianza en su soberanía que no es para nuestro mal.
Aplicación practica: Siendo Dios soberano y yo suyo, creeré a sus promesas y tendré contentamiento, el cuidará de mi, de mis hijos, de mi familia y de todo aquello que este fuera de mi alcance por cuanto es un soberano santo, justo, misericordioso y amoroso, me esforzaré en hacer todo cuanto el me mande sabiendo que de el es dar el crecimiento y que mi permanencia en el es garantía de fruto y recompensa. Ya dejaré de ver las dificultades fuera de la soberanía de Dios, entendiendo que TODO ayuda a mi bien por cuanto he sido llamado según su propósito eterno. Me alegraré en Jehová y el concederá las peticiones de mi corazón. Entender que en mi lucha contra principados y potestades puedo acudir a un Dios que es soberano será una roca fuerte, un castillo contra las asechanzas del diablo. En mis relaciones personales, sabre que "Jehová reina", dejaré todo en las manos de Dios humillándome bajo su poderosa y soberana mano y él me exaltará. En el evangelísmo sabré que es su deseo salvar a todos los hombres y que si el regenera por gracia tal persona perseverará hasta el fin, una vez vi la importancia de esta doctrina cuando un hermano desesperanzado me dijo que no pensaba que su hermano pudiese llegar a ser salvo, entonces cobró ánimo cuando le explique que nuestro Dios es soberano en cuanto a la salvación y el imparte su gracia a quien quiere así que podemos pedirle por cualquiera aunque haya rechazado el evangelio siempre, aún así tiene oportunidad gracias a la soberanía de Dios.
Amados hermanos, esto no es la doctrina de la soberanía sino una enseñanza basada en esa doctrina la cual tiene muchas aplicaciones y que bien usada es de gran estimulo ante las dificultades, mucho les ruego meditar en estas muy breves líneas y confiar de corazón en el Señor. ¡Dios les bendiga!

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Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4:29