"Y hubo tal desacuerdo entre ellos que se separaron el uno del otro; Bernabé tomando a Marcos, navegó a Chipre, y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, y paso a Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias."
Hechos 15:39-41
Es inevitable hermanos que en algún momento en nuestra vida como creyentes vamos a tener diferencias con otras personas y/o con otros hermanos, la manera como enfrentamos tales situaciones puede traer consecuencias no solo personales sino también familiares y para la iglesia del Señor. Como siervos de Dios, dice la biblia que no debemos ser contenciosos, si usted es una persona dedicada a pleitear, si buena parte de su vida se resume en discusiones, pleitos y situaciones de conflicto entonces mire la cruz de Cristo porque "a paz nos llamó Dios", no hay escusas para llevar una vida en continua expectativa afectando a todos los que tenemos alrededor por no saber en que momento va a "explotar" alguna situación o usted y el único poder sobre este tipo de temperamento, lo único que puede hacer de usted de un "chirelito" a un hombre "manso y humilde de corazón" es la transformación de la regeneración. Para nosotros los cristianos hay una fuente inagotable de recursos que Dios nos ha dado por medio de su Espíritu y que nos harán conforme a la imagen de su hijo. Si tu vida está afectada por esta situación, ten confianza, en Cristo hay salvación, recuerda que Cristo nos salva de la condenación pero, también podemos decir que nos salva de nuestra vida de pecado para que no vivamos más en el pecado.
Lo primero que debemos conocer es que la ira (que nos controla) es pecado, el control de nuestra vida, como cristianos, esta en Cristo, eso incluye nuestros sentimientos, pensamientos y voluntad, no podemos decir: mi corazón es de Jesús y al mismo tiempo vivir en un desorden afectivo, de pensamiento o decisión, somos cristianos ¿si o no?, si eres cristiano entonces la salida a esta dificultad es la confesión. Si reconocemos que esto afecta nuestra familia, vida y ministerio entonces confesemos a Dios nuestro pecado, nos hemos dejado llevar como antes lo hacíamos a la idolatría... si, todo lo que nos controla fuera de Dios es un dios para nosotros y debemos reconocer este hecho en primer lugar.
El Señor nos ha dado Espíritu de poder, amor y dominio propio, ¿lo crees?, este es el primer paso para dejar atrás el pecado de la ira (que nos controla), la biblia dice: airaos pero no pequéis, es decir, mira bien que es lo que haces, la ira que nos controla nos enceguece de tal manera que decimos lo que no debemos y hacemos lo que no debemos y luego nos sentimos mal. Este sentirnos mal es importante porque te guiará a la confesión y claro al abandono de este pecado. Recuerda que confesar no es "relatar el pecado" sino reconocer que esta mal confirma propósito de dejarlo con la ayuda de Dios.
El Señor Jesucristo dijo que aprendiéramos de él que es "manso y humilde de corazón", no se puede ser manso y humilde por fuera sino que tiene que ser una transformación "de corazón", de ahí es donde surge todo mal, nuestro corazón tiene que ser primeramente "nuevo" por la regeneración recibimos un corazón nuevo de parte de Dios con su ley escrita en nosotros, entonces nuestro andar tiene que ser limpiado, tenemos que ser progresivamente transformados según la imagen del Hijo de Dios. Este es el propósito de la salvación y aunque hay una diversidad de caracteres, no podemos negar que hay una unidad de caracteres también y esta viene por medio del Espíritu Santo que nos fue dado el cual es uno así como nosotros somos uno.
Siempre has sido así, desde pequeño has sido así, incisivo, mordaz, (peleonero), te gusta decir la "verdad" luego se genera un conflicto y te justificas diciendo que "es una persecución", que eres el "remedio a la enfermedad", que "nadie te entiende", esto tiene remedio, no esta bien lo que haces, hay una vida mejor la cual Cristo ha prometido a los que le aman, somos pámpanos y la naturaleza divina hace de nosotros "nuevas criaturas", ¿recuerdas? las cosas viejas pasaron y TODAS son hechas nuevas, Dios obrará en tu carácter, el carácter es el filtro de la personalidad y es la obra de Dios lo que hace de nuestro carácter un carácter cristiano, el carácter puede ser transformado sin importar la edad o preparación académica, solo Dios puede cambiarte y el ha venido a tu vida para cambiarte, su propósito no es hacerte feliz (fuera del contexto del cuerpo de Cristo) su propósito es conformarte a la imagen de su Hijo y entonces conocerás la felicidad de la comunión con el Padre, con el Hijo, el Espíritu Santo y claro esta con tus hermanos.
Hay dos leyes a las cuales puedes estar sometido, una es la "ley del pecado" y la otra la "ley del Espíritu de Vida en Cristo", fíjate, la ley de gravedad somete a todos los cuerpos que tienen masa, si sueltas un objeto desde cierta altura, caerá y no importa cuantas veces lo sueltes, caerá, es una ley, no importa donde vayas, no importa las modificaciones de forma o color que hagas al objeto, caerá. Si quitamos la ley de gravedad y la hacemos contraria a lo que es (lo cual es imposible para los hombres) entonces al soltar un objeto que tenga masa desde la misma altura que el anterior, subirá, es la nueva ley, no caerá porque le ley es lo opuesto ahora, entonces cada vez que lo hagas y sin importar las modificaciones, subirá (este ejemplo no es perfecto pero ilustra el punto básico que deseamos transmitir). Algo similar ocurre en nuestras vidas, cuando estábamos sometidos a la ley del pecado, siempre que se nos presentaba una situación de conflicto, sacábamos a relucir todo lo que mencionamos, la violencia se apodera de nosotros de tal forma que lo único que podíamos hacer es salir huyendo o destruir todo a nuestro alrededor, pero ahora la ley del Espíritu de Vida en Cristo es contraria, no solamente contraria en cuanto a la muerte que me conducía a la condenación (abajo) y que ahora me conduce a la vida (arriba) sino que también mi andar es afectado, solo que por mi condición, que no es la final, porque no tengo cuerpo glorificado, el otro principio permanece ahí, pero, la Biblia dice que el nuevo principio, la nueva ley, ahora es más poderosa, la ley de la libertad me ha hecho libre de lo que antes era esclavo y me ha hecho siervo de aquel que antes aborrecía, de manera que ya no tengo escusa, solo tengo que aprovechar mi nueva condición no dando lugar a que opere en mí la vieja ley sino la Ley de Espíritu. Te invito a meditar en Romanos 6, 7 y 8. Ahí encontrarás buena parte de los que hemos hablado hasta aquí, si te has dado cuenta que estas bajo la ley del pecado, ¡se libre en Cristo! el murió por nosotros para que seamos libres de todo control y dominación fuera de el.
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